Adiós cuarentena, hola smartphone. Mientras los gobiernos se apresuran a desarrollar aplicaciones de rastreo que ayuden a contener los contagios, la atención se dirige a cómo garantizarán las autoridades la privacidad de los usuarios.
Sin embargo, el empleo de tecnología de monitoreo puede evocar amargos recuerdos de vigilancia masiva por parte de autoridades totalitarias en buena parte del continente.
En los últimos años, la Unión Europea ha sido pionera global en privacidad digital, introduciendo leyes estrictas para las empresas de tecnología y sitios web que almacenan información personal.
Académicos y defensores de los derechos civiles presionan ahora para que las nuevas apps también incluyan más protección de datos personales.
A continuación, un vistazo a los problemas:
¿Por qué una APP?
Un sistema es localizar a las personas con las que ha entrado en contacto una persona infectada e informarlas de su posible exposición para que puedan ponerse en aislamiento voluntario.
Los métodos tradicionales con entrevistas personales de los pacientes requieren mucho tiempo y trabajo, de modo que los países quieren una solución automatizada.
Estándares europeos
La solución que está acaparando más atención implica utilizar señales de Bluetooth de los celulares para rastrear de forma anónima a los usuarios que mantienen un contacto prolongado.
Diseños rivales
Apple y Google entraron en la disputa apoyando una estrategia descentralizada y presentando un esfuerzo conjunto por desarrollar herramientas digitales contra el virus.
Las gigantes tecnológicas publicarán una interfaz de software para que las agencias sanitarias puedan integrar sus apps con los sistemas operativos Android y del iPhone, y tienen previsto lanzar sus propias apps más tarde.
País a país
El ministro galo encargado de las cuestiones digitales quiere lanzarlo el 11 de mayo, pero el debate legislativo sobre la app se retrasó después de que científicos e investigadores advirtieran de los riesgos de vigilancia que suponía.
Las versiones posteriores de la app permitirían a los usuarios subir una lista cifrada de personas con las que han estado en contacto y datos de ubicación para ayudar a trazar una “gráfica social” sobre cómo se contagia el virus, dijo Gould.
España anunció planes de respaldar iniciativas europeas o desarrollar su propia app, pero su complejo plan para levantar uno de los confinamientos más estrictos del mundo no incluye ninguna app.