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12 de marzo de 2021

El cable de 10.000 kilómetros que podría ayudar a detectar terremotos

cable

¿Cuántas vidas se podrían salvar si se detectaran a tiempo los terremotos?

Es una pregunta que se repite especialmente durante estos días en que se cumplen 10 años del terremoto y posterior tsunami de Fukushima.

Durante décadas, especialistas en geología y geofísica han investigado cuál es la mejor manera de detectar anticipadamente los movimientos telúricos que ocasionan estas grandes tragedias.

La mayoría de los sismógrafos están en tierra y son muy costosos, por lo que desde hace algunos años se viene experimentando con el millón de kilómetros de cable submarino que se utiliza para las comunicaciones alrededor del mundo.

Uno de los más recientes acercamientos a ese objetivo lo ha logrado un equipo de geofísicos del Instituto de Tecnología de California (Caltech) liderado por el sismólogo Zhongwen Zhan.

El grupo de Caltech ha estado experimentando con un cable de 10.000 km de extensión recientemente instalado a lo largo de las costas del Pacífico, desde Los Ángeles hasta Santiago de Chile.

El ángulo de su investigación no tiene que ver con el cable en sí sino con lo que éste conduce, luz a través de la fibra óptica encendida.

«Lo que vimos es que los cables pueden ser utilizados como sensores para detectar las anomalías en la luz que transportan, que se producen cuando ocurre un terremoto», le dijo Zhan a la BBC.

Durante nueve meses de trabajo, el equipo de Zhan logró detectar 20 terremotos, incluido el que afectó a Jamaica en enero de 2020, simplemente analizando la oscilación de la luz que va por este extenso cable submarino.

Pero, ¿Cómo es que realmente los cables submarinos se pueden convertir en detectores eficaces de terremotos?

Polarización electromagnética

El equipo de Zhan estuvo buscando la forma de utilizar el cable submarino como un sensor de movimientos de la corteza terrestre.

Para lograrlo, monitorearon una variable conocida como la polarización electromagnética, que es básicamente la orientación de la luz mientras se mueve en ondas.

«Lo que buscan los cables submarinos es transmitir la mayor cantidad de datos a través de la fibra óptica y la forma en que se monitorea es analizando la estabilidad de los pulsos de luz que van dentro de estos cables», señala el científico de Caltech.

En tierra cualquier perturbación como un trueno puede alterar esa polarización electromagnética dentro de un cable de fibra de óptica, pero en el fondo del mar, las cosas son distintas y la estabilidad es mucho mayor.

 

En este entramado de cables submarinos la luz también funciona como pulsos de información que pueden entregar datos a una velocidad de 200 mil kilómetros por segundo.

«Si percibe un cambio, puede transmitirlo a una velocidad increíble. O sea, puede ser una herramienta de prevención efectiva», agrega el cientí

Una red ya lista

El gran aporte de esta investigación es que para aplicar esta tecnología, no es necesario ni construir ni añadir una red de detección de terremotos, porque esas polarizaciones electromagnéticas ya se están monitoreando.

«Esta nueva forma de análisis puede convertir a la mayoría de los cables submarinos en sensores geofísicos de miles de kilómetros de largo para detectar terremotos y posiblemente tsunamis», dijo Zhan.

Sin embargo, los científicos son claros al señalar que quedan tareas pendientes, como determinar con exactitud la magnitud del terremoto que se identifica y establecer una manera estándar de medición que sea compatible con los sistemas de detección que están instalados en la superficie.

«Esta tecnología detecta muy bien los terremotos si están cerca del cable e incluso si hay algo de lluvia. Pero en el caso de un tsunami, por ejemplo, debido a que una ola puede durar un periodo muy largo, no sabemos aún si este instrumento lo puede detectar de igual manera».

Fuente: BBC